domingo, 25 de abril de 2010

Ceremonia leída en el Pedido a la Tierra de la Colectividad Africanista Tradicional Yorùbá

Hoy nos reunimos en este lugar con la profunda necesidad de tomar contacto con lo mejor de cada uno de nosotros y traer la calma a nuestros corazones, a nuestra gente querida y a nuestra hermosa Tierra que ha sido nuestro hogar por tanto tiempo.

Desde hace muchos años los seres humanos han cantado loas a la Tierra, invocado a nuestros guías poderosos, para pedir bendiciones por los hermanos del mundo y por ese futuro que a veces se avizora esperanzador y otras veces incierto.

En estos infortunados momentos de desequilibrio y desesperación, nuestra casa se estremece junto con nuestro destino, como si fueran un clamor al unísono.

Por eso los invito a pensar por unos instantes en la proximidad de nuestra gente querida y de nuestro mundo querido. Traer a nuestro corazón y a nuestra mente los rostros y lugares de todo aquello que es valioso para nosotros.

Los invito a pensar y sentir con fuerza que una gran oleada de bienestar y calma se prolonga más allá de nosotros llevando esa suavidad a la Tierra y a nuestra gente querida.

Por último los invito a pensar y a sentir a aquella gente que ya no está con nosotros, en este tiempo ni en este espacio y que llegue hasta ellos también nuestro profundo deseo de bienestar.

Saludamos a todos los que han asistido inmersos en esta suave espiritualidad reforzada por la diversidad de amigos aquí presentes, que puede ser un ejemplo de convergencias.

Un abrazo para todos.
Paz Fuerza y Alegría.

Contacto: Ivan Appelgren

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